Hay una verdad absoluta, la cual se la puede relatar en parte, y es irrefutable, inexorable, a veces rispidoza.
En esa parte del relato que podemos entender, comprender, se reflexiona: que siendo circunstanciales, esenciales, necesarios, innecesarios, todos formamos parte de la trascendencia.
Por más que se le adorne a la vida en: avidez, comodidad, amistades, conocidos, etc., es determinante en un punto.
Como en la acción de rellenar una almohada, la misma dependerá de la necesidad del que la utilizará. En ese rellenar, será como un bastón que lo utilizaré para sostenerme. Dándome cuenta despues que el bastón era una creencia mas, para entender luego, que el amor es el único sostén.
Tarde o temprano la forma de pensar, accionar, rellenar, nos irá juntando para seguir creciendo. En donde poco interesará lo sobresaliente, sí, solo el crecimiento intrínseco.
Volviendo a esa verdad absoluta, saber que es definitiva y concreta entre otros. No tiene retorno, pero es liberadora y sello a la vez de nuestro tránsito por la vida.
Podría decirse que para poder entender esa verdad absoluta, entran en juego las dos caras de una moneda.
Una cara de la moneda es la vida y la otra la muerte. Las dos caras son una unidad y representan esa verdad absoluta!!! Si bien hay pocas verdades absolutas, se podría decir, que todo lo que hay vivo en la tierra, le corresponde esa verdad absoluta.
21-SETIEMBRE-2020