Resulto buena la idea y hasta me divertía, ya que al entrar en mi habitación, familiares y amigos, se asustaban, porque les parecía que eran de verdad.
Pronto me acostumbre y sentía que no me asustaban tanto.
Un día me desperté a las 3 de la mañana y cuando prendí la luz vi que las cucarachas partían cada una de cada dibujo y se disparaban atolondradas, fue tan rápido que pensé que era una alucinación.
Esa situación me altero un poco y miraba con ojos angustiantes los dibujos que había hecho.
En una madrugada de mucho calor, me desperté y confirme lo que antes creía que era una alucinación. Las cucarachas partían cada una de cada dibujo. Me encontraba perdida, mis miedos renacieron. Quería deshacerme de aquellos dibujos pero algo me frenaba.
Empecé a averiguar primero por el origen de la pintura. Costo saber sus componentes. Luego de insistir me entere que la pintura estaba compuesta mayormente por restos molidos de cucaracha.
Comprendí que la obra estaba incompleta y menos mal que no elimine aquellos dibujos. Lo primero que hice fue eliminar solo el dibujo que había hecho en la funda de mi almohada. Después dibuje recorridos, y partiendo de las cucarachas dibujadas anteriormente, con lineas intermitentes y utilice la pintura pero de otro color en cuestión. Todos los recorridos terminaban en uno solo, que conducía a un tacho que en su interior había una sustancia pegajosa y con veneno.
Cada vez que prendía la luz se veía el recorrido completo de las pobres cucarachas que guiadas caían al tacho.
JULIO-2005