Después de un amor no aceptado por mi madre, busque una chica de bajo perfil y tímida. A mi nueva novia la conocí en la Escuela. Al principio surgió la amistad que luego se transformo en noviazgo y casorio.
Tuvimos hijos y todo fue lindo hasta que el trabajo en donde estábamos cerró sus puertas. Entre idas y venidas todo se transformo. Sus reclamos fueron constantes. Yo sin respuestas y cerrado a cualquier solución me aboque a la no importancia.
Sin embargo sigo con mi buen porte de lancero, en el trabajo que conseguí estoy rodeado de bellas mujeres más jóvenes y dispuestas.
Mi mujer decidió quedarse en casa para estar con los niños, pero cuando llego del trabajo la verdad es otra. Sigue con sus reclamos, sus desconfianzas y yo ahí sin brindarle ninguna explicación, es que ya estoy en otra.
La verdad que cuando algo se rompe ni me molesto en arreglarlo. Ella esta bastante machacada, desarreglada. Me mintió diciendo que no fumaba y lo hacia a escondidas porque decía que respetaba a los demás para no tener que tirarle el humo en la cara.
A veces pareciera que mi mujer esta al borde de la locura, grita, se descoloca y yo ahí mirando.
Pareciera que el tiempo no ayuda, porque siempre pasa lo mismo.
De todas maneras me conformo porque en el trabajo la paso bárbaro y cuando estoy en mi casa en circunstancias pesadas la miro a mi mujer y no hago mas que pensar en las bellas mujeres que tendré cuando ella reviente.
Una vocecita dulce y cariñosa me dice –Mami, tengo hambre!.
Es que había sacrificado mis placenteros sueños, por averiguar esa mirada, socarrona, fría e intencionada del papa de mis hijos. Deseando antes de dormir ser él.
AGOSTO-2009
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