En enseguida pensé en un montón de cucarachas, pero no, era algo más grande.
Mientras tanto las preocupaciones brotaban a flor de piel: falta de trabajo mayormente bien remunerados y sus consecuencias. Desgano para enfrentar problemas, y la rutina.
Un sábado, por la mañana, se presento en nuestra habitación un monstruo horrible (porque puede haberlos lindos), amorfo y con aspecto desagradable, apenas pudo decir:
-“ Ya no aguanto más, no me sigan alimen…” y explotó.
Mudos y absortos nos levantamos y limpiamos la habitación. La misma estaba llena de una sustancia pegajosa, lo que nos costo mucho limpiar, por que como de costumbre no había suficiente agua corriente.
Hacia la tarde, quisimos buscar una explicación de lo ocurrido, pero no la hallamos.
Pasada una semana seguía con el presentimiento anterior, pero, trataba de evitarlo.
Paso otra semana y descubrí que mi caso era similar al de otras personas, lo cual aumentaba la incertidumbre.
Era calamitoso ver monstruos destruidos y esparcidos por todas partes.
Recién transcurrido un mes de lo sucedido se develó el misterio
-“ Las extrañas apariciones obedecen a un nuevo método aplicado por el gobierno, para salvar la economía del país”. Se trata de un virus que se alimenta de las preocupaciones.
El mismo explota cuando sobrepasa el límite de su tolerancia".
Este método de dominación, nos obligaba a vivir sin preocupaciones y fue aplicado en muchos países.
Con lo generado por la venta de patentes para la producción del virus se pudo pagar la deuda externa, interna y quedó un sobrante para poner en práctica algo de lo prometido durante la campaña electoral
Y colorín colorado este cuento ha terminado.
ENERO-1991
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