Entre tantas chucherías que guardo rescate una cadenita y una vasija de arcilla en miniatura.
La vasija tenía dos asas y por una de ellas pase la cadenita.
Todos los días me ponía la cadenita y por la posición en que quedaba la vasija, tenia el aspecto de recibir, mas que de dar.
Durante el día a la vasija la veía rozagante y por la noche un poco agobiada.
Mi trabajo era estar en la calle y a medida que pasaba el tiempo sentía cosas que nunca me habían pasado.
Un día pensé por un momento que esa vasija recogía la esencia de las personas. No me pareció alocada la idea ya que el aspecto de ella variaba durante el día.
La vasija poseía algo que a mí me interesaba mucho, pero no conseguía conectarme a ella, sintiéndome sumamente irritable por tal situación.
Consciente que no podía establecer comunicación alguna, me sirvió para entenderla y aceptarla.
Pasado un tiempo la cadenita/vasija quedo por ahí olvidada, al no existir intercambio, no hay interés, no hay nada.
AGOSTO-2003
La vasija tenía dos asas y por una de ellas pase la cadenita.
Todos los días me ponía la cadenita y por la posición en que quedaba la vasija, tenia el aspecto de recibir, mas que de dar.
Durante el día a la vasija la veía rozagante y por la noche un poco agobiada.
Mi trabajo era estar en la calle y a medida que pasaba el tiempo sentía cosas que nunca me habían pasado.
Un día pensé por un momento que esa vasija recogía la esencia de las personas. No me pareció alocada la idea ya que el aspecto de ella variaba durante el día.
La vasija poseía algo que a mí me interesaba mucho, pero no conseguía conectarme a ella, sintiéndome sumamente irritable por tal situación.
Consciente que no podía establecer comunicación alguna, me sirvió para entenderla y aceptarla.
Pasado un tiempo la cadenita/vasija quedo por ahí olvidada, al no existir intercambio, no hay interés, no hay nada.
AGOSTO-2003
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