lunes, 17 de septiembre de 2012

EL SALTEADO

Tenía una vida muy cómoda. Todo lo que deseaba lo conseguía, no importando su precio.
Nunca entendió otra cosa y a la vez se relacionaba con aquellos que también buscaban la necesidad de comodidad, pero a lo mejor no tenían tanta suerte.
Con el tiempo su comodidad la aburría y siempre tenía que buscar algo nuevo para entretenerse.
La verdad es asombrosa toda la parafernalia que se genera para tal fin, y no tiene fin.
Pero en este caso el fin le llegó a ella.
Despojándose de todo repentinamente, comprendió en un instante que todo lo que había conseguido, se lo habían facilitado y que todo el camino recorrido era solamente para un fin.
Y el fin era el salteado, previo a su proceso no se la veía bastante bien a esa ranita.
El relator de este cuento es una mosca, que se salvo de que la comiera esa ranita.

FEBRERO-2003




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